Siento que las cosas minúsculas se hacen grandes con el tiempo, que adquieren un cariz de importancia y continuidad propio de los buenos vinos, pero eso lo da el tiempo, los minutos que escogemos para hacerlo todo más verdad, las palabras que se esconden detrás de los miedos. Ante el miedo, yo siempre preferí echarle huevos al asunto, plantarle cara y cuerpo, exponer mis decisiones a pesar del temblor de piernas, crecerme con valentía, con descaro, no dejarme parar.
Esto es esto, el principio del miedo propio de un abismo. Que empieze la partida.
1 comentario:
Aquí Miguel Ángel Oeste o Micheal West o yo ya soy Locura y menos yo...
Muy bien tu espacio, que no es un espacio, si no otra cosa, pero bueno, claro. Te diré, porque sé que te gustará, que PAblo Aranda también ha creado un blog o un Gremlins, como los llamo yo. Otro día te diré por qué lo llamó así. Hoy te digo que el espacio de Pablo se llama la puerta interior, creo, la verdad es que lo he olvidado, ah, cosas de la epidemia blog
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