Llenaría tu trabajo de puntos suspensivos, de segundos contenidos que explotan en suspiros, de vacíos llenos de sonidos y abocados a hacer sentir. Formarías parte de ese pequeño círculo en el que las vidas se llenan de texturas, de trazos ágiles, espontáneos, de colores llenos de historia que cuentan otras historias, haciendo protagonista al que te rodea, abrazándolo con tus silencios, con esos silencios que son tú y que dan forma a lo que haces, que tienen la habilidad de llenar de susurros la ausencia de palabras.
No es fácil pararse a pensar sin hacerlo, sin proposiciones ni enunciados pero tú no conoces las propuestas, tú las haces dándoles pequeñas formas llenas de sentido, creando contenedores de objetos que iluminan vidas, que dan color a edificios abandonados. Tienes la habilidad de hacer puzzles con piezas perdidas, con trocitos de nada que unes y mezclas para darle un contenido al desconcierto, de caminar entre rincones oscuros, eso es propio de ti, de tus pasos pequeños pero llenos de intensidad, de tus miradas sin vacío, de ese saber estar sin estar, sin hacer sentir prescindible al que te escucha.
Tu universo para mi es un recuerdo, es un momento es un espacio austero y hueco en el que paraste el tiempo por segundos, creando de la nada, desde la más absoluta naturalidad, aquella tormenta gris, llena de deriva, de pérdida, de carencias, esas manchas de tragedia que se quedaron grabadas en mi retina, como las muertes que dieron tus mareas.
Eso eres tú para mi, sentimiento en estado puro, como tus cuadros, llenos de grises apagados, de negros escondidos por los silbidos que da el viento y que hacen erizar pieles, eso son tus momentos, un puñado de ternura llena de rojos y blancos, y el rojo es vida y el blanco pureza, no te digo más, lo dices tú todo en cada pincelada contenida.
...y seguiré dejándome llevar por tu paraíso de motivos.
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