Sentada frente a ti en ese bar de tu barrio,
no te reconozco,
no reconozco el presente del plural que somos,
o que éramos,
busco desconcertada la complicidad que nos dimos
y me pierdo, me pierdo mucho en la nada,
en ese nada en el que se ha convertido esto,
y me angustio, me desespero,
me gustaría zarandearte una y otra vez para hacerte volver en ti,
para despertarte, para despertarnos,
para volver a ser lo que éramos.
Mientras tanto,
espero a que se enfríe mi te ... helado.
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